domingo, 10 de noviembre de 2013

Sí...

En una ocasión, ya entrada la noche, note la luz del cuarto de mi hijo prendida, dude por un instante en golpear la puerta para ver qué pasaba; tal vez prestarle mi hombro si una preocupación le atormentaba. Pero fingí no ver y continúe hacia mi cuarto. Aun así, no concilié el sueño aquella noche, estaba preocupado.


Al día siguiente, él estaba serio y sin hablar, pero entonces se acercó a mí y, con tono preocupado, me confesó:

Papá, las cosas últimamente no me han salido como he querido, siento flaquear mi voluntad ante la presión de mis amigos, más cuando los rechazo, y por hacerlo, ellos ya no me hablan. Me he sentido derrotado y sin fuerza para seguir luchando por mis sueños y principios; 
¿de qué me sirve mantenerlos, si me quedo solo?

Entonces le dije:


Hijo, estás aprendiendo a ser hombre, pero para que lo logres debes mantenerte firme ante cualquier circunstancia:



Si logras conservar intacta tu firmeza, cuando todos vacilan y tachan tu entereza, si a pesar de esas dudas mantienes tus creencias, sin que se te debiliten otras ideas.

Si sabes esperar, y fiel a la verdad, reacio a la mentira, el odio de los otros te es indiferente, sin creerte por ello muy sabio o muy valiente.

Si sueñas, sin por ello rendirte ante tu sueño. Si piensas, más de tus pensamientos sigue siendo el dueño.

Si triunfos o desastres no menguan tus metas.

Si soportas oír la verdad deformada, cual trampa de necios, por malvados usada.

O mirar hecho trizas de tu vida el ideal, y con iguales fuerza recomenzar.

Si toda la victoria conquistada te atreves a arriesgar, en una audaz jugada, y aun perdiendo sin quejas ni tristezas, con nuevo brío reiniciar puedes tu empresa.

Si entregado a la lucha, con nervio y corazón, aún desfallecido persistes en la acción y extraes energías, cansado y vacilante, de heroica voluntad que te ordena:

!!! Adelante !!!

Si hasta el lodo te acercas sin perder tu virtud, y con reyes alternas sin cambiar tu actitud.

Si no logran turbarte, ni amigo ni enemigo, pero en justa medida puede contar contigo,


Entonces los reyes, los dioses, la   oportunidad y la suerte dejará de ser tus esclavos sumisos; aún mejor que los reyes y  la gloria, 

tú serás un hombre,    hijo mío.




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