jueves, 12 de marzo de 2015

¿No tienes tiempo?



Muy cierto...

Para las personas que dicen que no tienen tiempo de nada o una agenda saturada  Un  experto  asesor  de  empresas  en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.

Sacó  de  debajo  del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa,
junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:.

¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?

Después de que  los  asistentes  hicieran  sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.

Luego preguntó: 

¿Esta lleno?

Todo el mundo lo miro y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de  la gravilla  en el frasco y lo agitó.

Las piedrecillas penetraron  por  los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió: 

¿Esta lleno?

Esta vez los oyentes dudaron:

Tal vez no, Bien

Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco.

La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

¿Está lleno? 

pregunto de nuevo. 

- !!! No !!!, exclamaron los asistentes.
 
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.

Bueno, que hemos demostrado?, preguntó

Un alumno  respondió:

Que  no  importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.

!!! NO !!!
concluyó el experto:  

Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas  las  piedras  grandes primero, nunca podrás colocarlas después

¿Cuales son las grandes  piedras  en  tu  vida?. 

Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona  amada

Recuerda
  ponlas primero. El resto encontrará su Lugar

miércoles, 11 de marzo de 2015

Necesito Un Abrazo...




Hace veinte años manejaba un taxi. Lo hacía en el turno nocturno. Mi taxi se convirtió en un confesionario móvil. Los pasajeros subían y me contaban su vida. Encontré personas cuyas vidas me asombraban. Me adulaban, me hacían reír y también me deprimían. Pero ninguna me conmovió tanto como la mujer que recogí una noche.


Respondí una llamada de un pequeño edificio en una tranquila parte de la ciudad, pensé que recogería personas saliendo de una fiesta, alguien que había tenido una pelea con su amante o un trabajador que tenía que llegar temprano a la fábrica. Cuando llegué a las 2:30 a.m., el edificio estaba oscuro excepto por una luz en la ventana del primer piso.



Muchos conductores sólo hacen sonar su "bocina" una o dos veces, esperan un momento y después se van. Aunque la situación se veía peligrosa, yo siempre iba hacia la puerta. Sentí en mi corazón que este pasajero necesitaría ayuda, caminé hacia la puerta y al golpear una frágil voz respondió. Pude escuchar que algo era arrastrado a través del piso, después de una larga pausa, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de unos ochenta años se paró frente a mí. Ella llevaba puesto un vestido floreado y un sombrero con un velo, como alguien de una película de los años 40'. A su lado una pequeña maleta.


El departamento se veía como si nadie hubiera vivido durante años, los muebles estaban cubiertos con sábanas, no había relojes, ni cuadros en las paredes.



Ella repetía su agradecimiento por mi gentileza.



-"No es nada", le dije. "Yo sólo intento tratar a mis pasajeros de la forma que me gustaría que mi madre fuera tratada".



-"Oh, estoy segura de que es un buen hijo", dijo ella. Cuando llegamos al taxi me dio una dirección, entonces preguntó: "¿Podría manejar a través del centro?" 



-"Este camino no es el más corto", le respondí.



-"No importa", dijo ella "No tengo prisa, estoy camino al asilo".



La miré por el espejo retrovisor, por sus ojos rodaban algunas lágrimas...



"No tengo familia", dijo "y el doctor dice que no me queda mucho tiempo"



Sin pensarlo apagué el contador que marcaba el costo del viaje. 



-"¿Qué ruta le gustaría seguir?", le pregunté.



Por las siguientes dos horas manejé a través de la ciudad. Ella me enseñó el edificio donde había trabajado. Manejé hacia el vecindario donde ella y su esposo habían vivido cuando eran recién casados. Me pidió que nos detuviéramos frente a un negocio de muebles donde una vez hubo un salón de baile, al que ella iba a bailar cuando era adolescente. Algunas veces me pedía que pasara lentamente frente a un edificio en particular, o una esquina y miraba en la oscuridad sin decir nada.



Con el primer rayo de sol apareciendo en el horizonte, ella repentinamente dijo:



-"Estoy cansada, llegó el momento de irnos".


Manejé en silencio hacia la dirección que ella me había dado. Era una pequeña casa, dos asistentes vinieron hacia el taxi tan pronto llegamos. Eran muy amables y cuidaban cada uno de sus movimientos. 



Yo abrí la puerta y suavemente la sentaron en una silla de ruedas.



-¿Cuánto le debo? preguntó, buscando en su bolso. 



-Nada, le dije.



-Es tu trabajo, debes cobrarme. 



-Habrá otros pasajeros, le respondí.


Casi sin pensarlo, sentí un gran deseo de abrazarla. Ella me sostuvo con fuerza y dijo: 


NECESITO UN ABRAZO


Apreté su mano y me despedí sintiendo que nunca más la vería. La puerta se cerró y fue como el sonido de una vida concluida. No recogí a ningún pasajero, manejé sin rumbo por el resto del día. No podía hablar, ¿Qué habría pasado si a la mujer la hubiese recogido un conductor malhumorado o alguien que estuviera impaciente por terminar su turno?, ¿Qué habría pasado si me hubiera rehusado a tomar la llamada o hubiera tocado la bocina una vez y me hubiera ido?

Los grandes momentos son los que nos atrapan desprevenidos, aquellos que para otros son sólo pequeños e insignificantes minutos, son los mas hermosos momentos que puedas vivir...


domingo, 1 de marzo de 2015

Dios Esta En Tu Corazón...


Mañana en la mañana abriré tu corazón le explicaba el cirujano a un niño. 
Y el niño interrumpió: 
- ¿Usted encontrará a dios allí?


El cirujano se quedó mirándole, y continuó: 
- Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo. 
Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a dios ahí?, volvió a interrumpir el niño.


El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente. Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.


Pero, ¿usted encontrará a dios en mi corazón? dicen que el vive ahí. ¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!. 
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó: 
Te diré que encontraré en tu corazón... Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte me daré cuenta si te podemos ayudar o no. 
- ¿Pero encontrará a dios allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.

El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. 
Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardíaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable. 
Terapia: analgésicos y reposo absoluto. 
Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: muerte dentro del primer año.
Entonces detuvo la grabadora. Pero, tengo algo más que decir: 
- ¿Por qué? Pregunto en voz alta ¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué? 
De pronto, Dios, le contestó:

El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.

El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones. 
Y replicó: 
- Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses? 
Dios le contesta: Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador. 
Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí, aquella oveja perdida hace tanto tiempo.

El cirujano lloró y lloró inconsolablemente. Días después, luego de la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.

El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó: 
-¿Abrió mi corazón? 
- Si dijo el cirujano- 
-¿Qué encontró? preguntó el niño. 

Tenías razón, encontré allí a dios. 

El niño se recuperó.

Acostumbrados...


Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor.

Y porque no tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para  afuera.

Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir  del todo las cortinas.

Y porque no abrimos del todo las cortinas luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.

Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud.

Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde.

A tomar café corriendo porque estamos atrasados.

A leer el diario en el ómnibus porque no podemos perder tiempo.

A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar.

A salir del trabajo porque ya es la noche.

A dormir en el ómnibus porque estamos cansados.

A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.

Nos acostumbramos a esperar el día entero y oir en el teléfono: "hoy no puedo ir". "A ver cuando nos vemos" "La semana que viene nos juntamos".

A sonreir a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta.

A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.

Si el cine esta lleno nos sentamos en la primera fila y torcemos un  poco el cuello.

Si el trabajo esta complicado, nos consolamos pensando en el fin de  semana.

Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño  atrasado.

Nos acostumbramos a ahorrar vida.
Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados, nos perdimos de vivir.

Alguien dijo alguna vez:

"LA MUERTE ESTA TAN SEGURA DE SU VICTORIA,
QUE NOS DA TODA UNA VIDA DE VENTAJA"
                                         
!!! Disfrutemos !!!