sábado, 7 de diciembre de 2013

El Hombre y La Mariposa...

Un hombre encontró un capullo de mariposa y se lo llevó a su casa, para poder ver a la mariposa en el momento en que saliera.

Un día, notó que había un pequeño orificio en el capullo; entonces, se sentó a observar durante varias horas, mientras la mariposa luchaba por hacer el agujero más grande, para poder salir.

El hombre vio que el animalito forcejeaba duramente para pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de luchar, pues no progresaba en su intento.


Parecía que se había atascado. Entonces, el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa, y con una pequeña tijera, cortó el agujero para hacerlo más grande, y fue así que por fin la mariposa pudo salir del capullo.


Sin embargo, al salir, la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado, y las alas pequeñas y dobladas. El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante, las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar el cuerpo, el cual se contraería y reduciría la hinchazón.

Pero ninguna de las dos cosas sucedió: la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos, con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Nunca pudo llegar a volar.


Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción para abrir el capullo y la lucha de la mariposa para salir por el diminuto agujero, comprendían la forma en que la naturaleza forzaba los fluidos de su cuerpo hacia sus alas, para que éstas fuesen grandes y fuertes y así pudiera volar.

La libertad de volar solamente podía llegar luego de la lucha.

Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue privada su libertad.

Algunas veces, la lucha es lo que necesitamos en la vida. Si Dios nos permitiera progresar sin obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes.

¿Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir de las dificultades, haciendo uso de esas tijeras, recortando el esfuerzo para ser libres?

Debemos recordar que nunca recibimos más de lo que podemos soportar, y a través de nuestros esfuerzos y caídas, somos fortalecidos, así como el oro es refinado con el fuego.

Nunca permitamos que las cosas que no tenemos, no podemos o no debemos tener, interrumpan nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos apreciar.

DISFRUTEMOS CADA INSTANTE DE CADA DIA, POR LO QUE NOS HA SIDO DADO.








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